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Traductor y polemista judío, que vivió en la primera mitad del siglo XIII en Barcelona, hijo, según Graetz, del poeta Samuel ben Abraham ibn Chasdai. Decidido defensor de Maimónides, especialmente de su pensamiento filosófico-religioso, polemizó largamente con los enemigos de aquél, debiendo recordarse de entre los escritos que consagró a esta controvesia, el que dirigió a Yehudá Alfacar reprochándole sus invectivas contra David Kimchi, la carta que, juntamente con su hermano Yahudá, envió a las comunidades hispanas o la que remitió al principal antimaimonista del momento, Meir ben Todros Ha-Levi Abulafia. Pero su mayor notoriedad se debió a las varias traducciones que hizo del árabe al hebreo de textos éticos y filosóficos, varios de los cuales han llegado a la posteridad únicamente en las versiones de Chasdai. Especialmente famosa fue su reelaboración en lengua hebrea de una vieja novela hindú, Barlaam y Josafat, que a través de una versión griega fue traducida al árabe, en cuya lengua la conoció nuestro autor dándole el título hebreo de Ben ha-Melech we-ha-Nasir y que posteriormente se ha vertido a diversas lenguas europeas bajo el título El príncipe y el Derwisch. F. Torres Amat en su Diccionario crítico de escritores catalanes le atribuye algunas otras obras, de cuya paternidad la crítica más reciente y autorizada no se hace eco. Son estas: Sepher Hannephasc (Libro del alma), Venecia, Bomberg 1519; Sepher Hatthapuech (Libro de la manzana), Venecia, Bomberg 1519 y el Hijo del Rey y el Nazareno, Constantinopla 1518 (reimpreso en Mantua 1558).
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